miércoles, 19 de noviembre de 2008

Los Niños le escriben a Dios.

Este texto es un ppt que anda circulando en Internet y me lo mandó la tan querida y recordada "Miss Demis denis demis" de mi Juan Diego. Denisse acaba de tener su bebita Mariana o sea que pasó a ser parte del club, desde aquí te mando un besote y todos mis deseos de felicidad para la que será la mayor inspiración de tu vida, tu hijita. Mientras los dejo con esto que esta genial: "Las cartas que aquí publicamos son solo una muestra. Si alguien se interesa por el libro, lo puede buscar en Amazon (http://www.amazon.com/Childrens-Letters-God-Stuart-Hample/dp/0894809997 ) con el nombre de "Children´s Letters to God". Para Eric Marshall y Stuart Hample, las cartas "expresan creencias, anhelos, preguntas y dudas urgentes y comunes a todos los niños. Algunas son encantadoramente sabias, otras no tanto; algunas son astutas, ingenuas, otras sencillas; algunas reverentes, otras no tanto. Muchas tienen el peso de la seriedad; otras luminosidad de una sonrisa. Todas están dirigidas a Dios con mucha esperanza y fe en Él.”.

martes, 11 de noviembre de 2008

Abuelas en peligro de extinción

Cada vez que hablo con alguna amiga, me doy cuenta de lo mismo, cada vez es más difícil conseguir una abuela que cuente cuentos, que cocine los domingos, teja chompitas y le encante quedarse a cuidar a tus hijos los sábados por la noche. Es verdad que aquí en Perú estamos muy acostumbradas a las madres que apoyan a sus hijos con el cuidado de los niños, pero yo tengo que denunciar que esta especie está en peligro de extinción. Son muy pocas las que quedan,quizas la mamá de Tito ( mi suegra)Conchito, sea una de la últimas, se los puedo garantizar. A propósito del post anterior “Mi tercer brazo” donde hablaba de la nueva vida de mi madre, pensaba que quizás ella es el máximo exponente de esta liberación “abuelina” pero luego conversando con amigas me daba cuenta de que es un gran grupo que cada vez se extiende más y más para nuestro pesar. Mi hermana y yo siempre le sacamos en cara a nuestra madre de que la abuelita Miguelina siempre se quedaba con nosotros los fines de semana, de que ella podía salir y divertirse tranquilamente porque había quien le cuide a los chicos (nosotros) mi mami, pone cara de yo no fui, porque de hecho que ya tiene un plan para el fin de semana y para no vernos ofendidas, no suelta la carcajada. Algunas abuelitas modernas se encargan de los nietitos mientras sus hijas trabajan, es verdad, pero eso sí en cuanto la hija-madre cruza el umbral de la puerta, lo único que dejan es una estela de perfume porque ellas hace rato que se esfumaron a sus propios afanes. Si pues, ahora las abuelitas tiene vida propia y la defienden con uñas y postizos, ahora de un par de horas con los nietos, no pasan, además tiene que ser día de semana, y si es posible remunerado. Ellas se van de viaje por el mundo, se aumentan labios o se hacen la lipo, se meten al gimnasio, recordando sus setentas hacen yoga, están en primera fila en las mejores obras de teatro, se van a conciertos (como mi madre que se fue a ver y a gritar como loca las canciones de Marc Antony), ¡las viudas tienen varios pretendientes! ¡Se van al casino a gastarse el dinero de la pensión! Y nos dejan la imagen de antaño de abuelas en camisón, como un cuento de hadas. Y les digo la verdad, ¡¡que bien!! Yo creo que formaré parte de esa grey cuando me toque ser abuelita. Se que disfrutare mucho de mis nietos, pero seguro andaré metida en mis cosas también. O Quizás me vean paseando coches con la futura versión del Ipod, escuchando Coldplay, que para ese entonces será como escuchar la “nueva ola” ahora, a lo mejor me siento con mis nietos a jugar una partidita de algún video juego, que supongo que para esas época serán tridimensionales. A lo mejor me viene la inspiración y les hago galletas en el ultraplus moderno microondas. Yo seré una abuelita del futuro y conmigo estarán todas mis amigas que ahora se quejan de sus madres, quejándose de sus hijos que les quieren endosar a los nietos los sábados por la noche. Y quizás me anime y me ponga alguna vez el camisón solo para recostarme a contar los mejores cuentos de hadas de antaño.